Con la llegada del neoliberalismo en México, se da “más apoyo” a los llamados movimientos sociales con tal de sirvan de válvulas de escape de la inconformidad de las masas y carezcan de un proyecto alternativo integrador que haga contrapeso a la propuesta fragmentadora neoliberal.
Son 4 los movimientos que vale la pena mencionar, pues han crecido y fortaleciéndose a la sombra del neoliberalismo.
1. El Neofeminismo mexicano, que comprende las últimas tres décadas del siglo XX. Para la década de los noventa ya se ha institucionalizado y burocratizado, pero pluralidad, diferencia y competencia son categorías que rompen con ese denominador común.
2. El movimiento “QUEER”, surge de una encrucijada transdisciplinaria entre feminismo, psicoanálisis y estructuralismo posfuncionalista. Lo “QUEER” es lo que está fuera de lugar. Trata de demostrar que la identidad de género y de sexo (hombre-mujer, masculino-femenino) son solo construcciones culturales o “actos performativos” y se lanza a la hibridación con aspectos como la transexualidad, trasvestismo, homosexualidad y otras recategorizaciones.
3. El multiculturalismo, que se presenta cuando todos los grupos étnicos importantes de una zona tienen una presencia más o menos equitativa,
4. Las subculturas y la contracultura. Primeramente hay que diferencia entre ambas: la primera se refiere a sistemas de normas y valores con cierta autonomía que no los desliga del todo de la cultura global en que se insertan, por ejemplo: los deportistas, los indígenas, artistas, etc.… La segunda por el contrario, representa pautas y propuestas de comportamiento que se erigen como alternativa a los aspectos centrales de la cultura dominante en una sociedad. Por un lado rechaza ciertos valores y normas sociales y, por otro, recrea y difunde otros de carácter contrario, por ejemplo: bandas criminales, redes de narcotraficantes, sectas religiosas, grupos políticos radicales, etc.…
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